lunes, 30 de junio de 2008

La chingadera de siempre: queremos aumento de salario

Cuando me presenté a la oficina de mi jefe, y le vi la cara de que ya venís con la chingadera de siempre, lo encaré y le dije: si, es cierto, queremos aumento de salario, porque ya no nos alcanza para ni mierda. Bueno eso imaginé que quería decirle porque la verdad, no me animé, aunque allá en lo recóndito de mi cerebro martillaban las ideas que luchaban por salir, y que decían la gasofa está por las nubes, ya no puedo invitar a la karlita a los cafés de los viernes después del chance, las chelitas de los sábados y los chicharrones y carnitas los voy a tener que suspender y pues ni modo a quedarme todo el fin de semana a ver tele, encerrado pior que ostra en las profundidades.
Luego de pensarlo un instante, (todo lo que se puede pensar en un segundo aunque no lo crean) saqué pecho y le dije a mi jefe, ahorita regreso, pensarán ustedes que retranquié, pero nel pastel, y seguramente el jefe pensó que me regresé como chucho apaliado en desportillado, es decir pues con la cola entre las piernas y el hocico partido, pero otra vez nel, ahorita llamo a Garoz, a Hernández y a Sucuc, esos pisados me ayudarán a decirle al jefe que ya es necesario que él hable por nosotros para que nos den un aumento de salario pues ya no aguantamos con el sueldo de miseria que tenemos.

Discutimos un rato, hablamos que los precios se cuadruplicaron como el tiempo de aire de los celulares que te roban con promociones que te lavan el cerebro para que pensés que efectivamente ya la hiciste. En fin, vamos a lo que "complotabamos": bueno mano, dijo Garoz, el muy azacuán mierda, que hable Sucuc, el tiene pinta de que le va más pura mierda, enclenque el cerote y con un montón de deudas por tantos hijos que tiene, y tovía con la mujer exigiéndole cumplirle todos sus deseos como reina de belleza de la cuadra del barrio de los alrededores del basurero de la zona 3. Claro que todo eso no se lo dijo Garoz, el pisado sólo lo insinuó, y Sucuc ni por entendido. Bueno dijo Sucuc, yo hablo, y parecía más gallo, más cabroncito, más huevudo, más de todo pues.

Al final todos cobardes, entramos empujando a Sucuc, quien al jefe le dijo, entre tartajo e incoherente que queríamos un incremento de salario porque desde hacía más de 3 años que no lo teníamos, todos asentíamos, como remedos de zombies, bajando y subiendo la cabeza al unísono, movimientos que parecían más gestos de humillación con la mirada pegada al suelo. El jefe al vernos a los cuatro echar penca pues se ahuevó un poco al principio, pero al darse cuenta que Sucuc aflojaba, se enderezó en la silla en la cual estaba recostado, y con cierta displiciencia contestó: miren señores ustedes tienen razón pero la cosa es que el presupuesto que nos dieron no alcanza para incrementar el salario y esa es cosa del gobierno. Ya el presidente dijo que estamos en crisis, estamos en recesión y los incrementos este año no van. El hijueputa del jefe nos desinfló a todos y salimos más cabizbajos y más pura mierda de como entramos. Así quieren que rindamos los burocratas con estímulos de mierda, si ya lo dijimos, nosotros también tragamos, bebemos, sangramos y chillamos como ahorita que ya no nos alcanza el pisto para los patojos, a ver si con el próximo gobierno cambian las cosas dijo Hernández. Esperanza más pura mierda... pienso yo, burócrata de pura cepa que putas... si este es el gobierno de la esperanza, ya comimos mierda durante estos cuatro años...